No pan, sino terapia…

Trabajar con masa es realmente una terapia para mí. Cuando estoy enojado, nervioso o triste, mis manos toman la harina. La masa me calma y encanta instantáneamente. Me pierdo en algún lugar de otro mundo…

Hoy me perdí en el mundo de los roedores.

Fue una experiencia interesante. No esperaba que fuera tan complicado. Probé varios métodos de peinado y todavía no quedé satisfecha. Finalmente obtuve el look con el que estoy feliz.

Productos:

400 ml de agua a temperatura ambiente

unos 600-700 g de harina

7 g de levadura seca

1 1/2 cucharada. sal

2 cucharadas aceite de oliva

Hacer un hueco en la harina. Se vierte la levadura y la sal. Se vierten en el pozo aceite de oliva y agua. Amasar una masa suave. Lo dejé bastante suave y un poco pegajoso. Déjalo crecer. Está dividido en 4 partes. Cada parte se enrolla formando un rectángulo de unos 30 por 20 cm. Corta tiras de aproximadamente 1 cm de ancho con un cortador de pizza o un cuchillo afilado. La masa cortada se unta con aceite y se espolvorea con semillas de sésamo y amapola. Cada tira se dobla por la mitad y se gira tirando ligeramente. Coloca los grisini preparados en una bandeja forrada con papel de horno. Pincelar nuevamente con aceite y espolvorear con semillas de sésamo. Hornee a 200* en un horno precalentado hasta que se dore.

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