Estos lindos y sabrosos panes con aceite de oliva son fáciles de hacer y seguramente complacerán a todos a quienes se los sirva. En los últimos años, las sardinas se han generalizado y estos polluelos se parecen mucho a ellas. Incluso podemos llamarlos audazmente purlings. A lo largo de los años he hecho diferentes versiones, pero mis favoritos siguen siendo los clásicos parlenki, sobre los que puedes leer aquí, y estos panes con aceite de oliva definitivamente ocupan un segundo lugar.

He dicho más de una vez que las cosas sencillas son las más ricas, ¡y en el caso del pan recién horneado esto se aplica con toda su fuerza! No hace falta que os diga que mi combinación favorita son los pretzels con brochetas, y de hecho, esta vez también quedó exactamente así. Comí un filete de pollo que se convirtió en estas muy buenas brochetas de pollo. Luego decidí que algo con carne les iría bien y pensé en esta deliciosa opción. Además de la cena, como nos pasó a nosotros, los panes con aceite de oliva también serían una propuesta ideal para el desayuno 🙂 con añadidos opcionales.

Productos:

250 ml de agua tibia

20 g de levadura fresca

unos 500 g de harina

1 cucharadita Levadura en polvo

3 cucharadas aceite de oliva

1 cucharada azúcar

1 cucharadita sal

más aceite de oliva para engrasar

Disuelva la levadura en el agua tibia, agregue el azúcar y 3-4 cucharadas. de la harina. Mezclar bien y dejar reposar hasta que esté bien leudado.

Hacer un hueco en la harina y añadir el aceite de oliva, la levadura y la sal. Vierta la levadura espumada y amase la masa. Dejar reposar tapado con una toalla limpia o film transparente. Luego se divide en 10 partes, a las que se les da forma de bolas. Cada bola se enrolla formando una hogaza con un espesor de al menos 5-6 mm. Se disponen las tortas sobre un paño limpio y se cubren con otro paño o nailon. Después de extender todos los panes, comienzas a hornearlos.

Para hornear utilicé una sartén de hierro fundido y la cubrí con una tapa. Si no tenéis hierro fundido, podéis utilizar otra sartén adecuada, pero es bueno ponerle una tapa. Calentar bien el fuego y dejarlo a 3/4 de potencia.

Tomas primero aquellos panes que extendiste primero, porque ya están llenos. Coges una barra de pan y la pinchas con un tenedor. Lo untas con aceite de oliva y lo pones a hornear en la sartén caliente por el lado untado. Perforar el otro lado, que viene desde arriba, y pincelar de nuevo con un poco de aceite de oliva. Le pones una tapa. Hornee hasta que esté apetitosamente rojo y déle la vuelta. Repites el proceso con todos los panes restantes. Cuando las saques colócalas en un recipiente adecuado y envuélvelas en una toalla para mantenerlas calientes y suaves hasta el momento de servir.

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