Dio la casualidad de que en dos posts seguidos os enseño pasteles de carne picada. Sin embargo, éste no es sólo un pastel plano, sino un pastel de tienda. La vi hace mucho tiempo, sugerida por Blondie. Ya entonces me impresionó, pero sólo ahora ha llegado su momento.
Lo interesante aquí es que la corteza enrollada se unta con mantequilla, se dobla dos veces y se vuelve a enrollar para crear una corteza de varias capas.
Estoy muy satisfecho con la elaboración del pastel porque fue valorado muy positivamente por todos los que lo probaron.
Productos:
(la taza de té tiene una capacidad de 250 ml)
1 huevo
3 cucharadas aceite
1 cucharada vinagre
1 cucharadita agua fría
1 cucharadita sal
alrededor de las 4 p.m. harina
200 g de mantequilla de vaca o una mezcla de 125 g de mantequilla y 100 ml de aceite
unos 350 g de queso
2 huevos
más harina para moler
Se tamiza la harina.
En un bol grande mezcla el huevo, la sal, el aceite, el vinagre y el agua. Agrega poco a poco la harina y amasa una masa no pegajosa. Quizás no sea necesario utilizar toda la harina. Agrega poco a poco hasta que te guste la masa.
Después de amasar, la masa se divide en 5 partes, a las que se les da forma de bolas. Colocar en una bandeja enharinada y cubrir con una toalla. Dejar reposar al menos 20 minutos.
La mantequilla (mezclada con aceite) se derrite.
Luego toma la primera bola de masa y extiéndela lo más fina que puedas, espolvoreándola con harina. No intentes hacerlo demasiado delgado o se romperá. No he fotografiado cómo se enrolla la masa, pero me tomo la libertad de mostraros este vídeo de María, que muestra bien el método de enrollado.
Después de extender una corteza suficientemente fina, untarla con mantequilla. Se dobla por la mitad, se unta nuevamente y se vuelve a doblar. Así se preparan todas las bolas de masa.
Se tritura el queso y se mezcla con los huevos.
Cada una de las cortezas preparadas se vuelve a extender y se espolvorea con queso. Cubra con 2 cucharadas. del aceite. Se enrolla en un rollo suelto y se enrolla en una bandeja no muy apretada. Haz lo mismo con el resto de bolas de masa, enrollándolas como un caracol en la sartén.
Se unta la masa con el aceite restante y se hornea en un horno precalentado a 180 grados hasta que esté dorada.
Si lo deseas, puedes rociarle agua y envolverla en una toalla para suavizarla, pero a mí me gusta una hamburguesa crujiente y me salté este paso.