Los bollos que conozco son básicamente los que se hacen con bicarbonato de sodio en la masa, se extienden y se cortan en romboides u otras formas. O los que se dan vuelta mientras se fríen. Sin embargo, la última vez que estaba buscando bolas de queso en la masa, me encontré con la receta de María, que reveló una forma más fácil de prepararla. Más precisamente, sin extender la masa. Soy partidario de lo fácil y sin dudarlo decidí intentarlo. Agregué queso a mi receta tradicional de baguette y apliqué su técnica. Bueno, los míos, a diferencia de los de ella, resultaron alargados, pero son muy, muy sabrosos.

Productos:

3 huevos
1 cubo de yogur
1 cucharadita sal
1 1/2 cucharadita. soda
aproximadamente 1 kg de harina
350 gramos de queso

Se tamiza la harina y se hace un pozo en ella. Se hierve la soda en el yogur y se vierte en el pozo, donde también se ponen los huevos, el queso triturado y la sal. Amasar una masa no pegajosa. Déjalo reposar durante al menos 20 minutos. Está dividido en dos partes. A cada parte se le da forma de mecha con un diámetro de unos 10 cm, que se corta en círculos de aproximadamente un centímetro de grosor. Cada círculo se tira a mano hasta que se forme el grosor y la forma deseados del bollo. Si la masa queda pegajosa, mojarla en un poco de harina antes de darle forma. Calentar más aceite y freír los bollos por ambos lados hasta que estén dorados. Es buena idea darles forma a una docena con antelación y luego empezar a freírlas.

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