Vi este burek hace unos días en casa de Marie y de inmediato me atrapó. No he dudado en absoluto en prepararlo o no. Inmediatamente amasé la masa.
Productos:
alrededor de las 4 p.m. harina
1 1/4 cucharadita. leche fresca tibia
6 cucharadas agua tibia
7 g de levadura seca
1 1/2 cucharadita. sal
Para el relleno:
100 g de mantequilla derretida
unos 350 g de queso
100 gramos de queso
1 yema de huevo para untar
sésamo para espolvorear
Se mezcla una masa a partir de los productos enumerados. Dividir en dos bolas y dejar reposar. Toma una bola y divídela en 3 partes. Cada parte se muele hasta obtener una corteza fina, un rectángulo que mide unos 30/40 cm. La primera corteza se unta con mantequilla y se espolvorea con queso. Colocar la segunda costra y de la misma forma untar con mantequilla y espolvorear con queso. Colocar la tercera corteza, untar con mantequilla, espolvorear con queso y la mitad del queso rallado. Se dobla 1/3 de la masa a lo largo. Luego se cubre con el otro 1/3 parte. Extiéndela a lo largo con un rodillo. Luego nuevamente se dobla 1/3 hacia adentro y se cubre con el resto de la masa. Se obtiene un cuadrado bastante grueso. Se extiende con cuidado con un rodillo, hasta que adquiera unas dimensiones más normales, unos 20/20 cm. Se coloca en una bandeja forrada con papel de horno o engrasada.
Proceder de la misma manera con la mitad restante de la masa: dividirla en tres, extender las costras, untar con mantequilla, queso y queso amarillo y doblar de la misma manera.
Con estos productos se obtienen dos bureks.
Una vez listas, se cortan las buretas, primero por la mitad y luego por la mitad en triángulos. Se les deja subir. Pincelar con yema de huevo batida con un poco de leche fresca y espolvorear con semillas de sésamo. Se hornean en un horno precalentado a 180*.