Al parecer, las tartas durante la cuarentena o el aislamiento sólo son posibles en casa. O al menos así es en nuestra ciudad. Anoche, Nicole y Nikola estaban hablando de lo mucho que les gustan los pasteles comprados y de que no tienen dónde comprarlos. Los escuché, los escuché y les grité que se lo haría. Y ellos con gran incredulidad: ¡No puedes! Inmediatamente les recordé que ya había hecho, aunque hacía muchos años, esta receta, pero ninguno de los dos se acordaba. Bueno, probablemente sea culpa mía que no haya vuelto a hacer pasteles callejeros en tanto tiempo. Pero enseguida me corregí y les froté la nariz con estas maravillosas, estupendas, fragantes y muy crujientes hamburguesas callejeras, hechas en casa, e incluso mejores que muchas de las compradas. Necesito trabajar un poco más en el estilo, pero mejoraré pronto.
Esta vez decidí usar la receta de Darina que explica muy bien cómo hacer hamburguesas callejeras, sin embargo la tripliqué ya que solo salen 3 hamburguesas y necesitamos más 🙂
Las hamburguesas quedaron maravillosas, muy crujientes y muy ricas. Pero tenga en cuenta que una de estas hamburguesas no es del mismo tamaño que una hamburguesa comprada en la tienda. Para nosotros, los tres 9 eran la cantidad adecuada.
Productos:
300 ml de agua a temperatura ambiente
3 cucharaditas vinagre
3 cucharaditas aceite
2-3 pizcas de sal
unos 600 g de harina
aceite
queso
Amaso la masa mezclando 400 g de harina con los productos enumerados y amasando. Luego agrego un poco de la harina restante y amaso, agrego y amaso hasta que la masa deje de pegarse. En general, la masa de la tarta no debe quedar pegajosa ni blanda, porque es posible que no se pueda estirar bien. Intenta amasar una masa medianamente firme.
La masa amasada se divide en 9 partes iguales, a las que se les da forma de bolitas. Enrolle cada bola hasta formar una hogaza pequeña, de unos 10 cm, y unte bien con aceite. Se frotan con un paño limpio y se dejan reposar unos 30 minutos.
Luego se toma un pan (el resto se tapa para que no se sequen) y se coloca sobre la superficie engrasada sobre la que sacarás la hamburguesa. Darina se puso un paño y yo una superficie engrasada. Con cuidado, con las manos, comienza a sacar las cáscaras desde el centro hacia afuera. Y así hasta que quede una fina costra. La corteza se unta con aceite, se espolvorea con queso y se dobla, doblando un lado hacia la mitad, luego el otro hacia la mitad, y los dos lados extremos se doblan menos. Y luego a la hamburguesa se le da forma de rectángulo. Ten cuidado al doblarlos para que quede aire en el interior y se inflen bien al hornear, no que se aplasten.
Las hamburguesas así preparadas se disponen en una sartén engrasada, se untan cuidadosamente con un poco más de aceite con un cepillo (cuidado de no presionarlas mientras las engrasas) y se cuecen en un horno calentado a 200 grados durante unos 20 minutos.
Una vez sacados del horno se untan muy ligeramente con agua, como se hace en la pastelería 🙂