Este sabroso pastel de calabacín es un excelente plato sin carne que a los carnívoros también les gustaba en casa 🙂 Es fácil de hacer y parece más interesante que los tradicionales de calabacín.
El calabacín es uno de los favoritos en casa en varias variaciones, pero este pastel se agrega a la lista de favoritos, junto con la moussaka y el calabacín relleno.

Productos para un molde con un diámetro de 26 cm:

4 rebanadas de pan
2 tomates
1 kg de calabacín
6 huevos
60 g de parmesano
150 gramos de queso rallado
200 ml de nata líquida para cocinar
6 cucharadas pan rallado

3-4 cucharadas. aceite
30-40 g de mantequilla de vaca

1 cucharada Pesto Genovés
1 cucharada orégano
una pizca o dos de tomillo
pimienta negra
sal

Los calabacines se rallan en un rallador grueso. Se salan ligeramente y se ponen en un colador. Se presionan para escurrir y se dejan reposar aproximadamente una hora en un colador. Después de eso, calentar el aceite y ponerle los calabacines. Cocine hasta que esté suave. Se dejan enfriar.
Durante este tiempo se baten los huevos con un alambre con un poco de sal y pimienta y se les añade la nata. Las rodajas se cortan por la mitad. Forrar un molde para bizcocho de 26 cm de diámetro con papel de horno y engrasar abundantemente el fondo y los lados con un trozo de mantequilla. Las rodajas se sumergen brevemente en la mezcla de huevo, se escurre el exceso de líquido y se colocan firmemente a los lados del molde. Póngalos en un horno calentado a 200 grados durante 5-6 minutos para que se horneen ligeramente.
Mientras las rodajas están en el horno, se vierte el calabacín enfriado sobre los huevos y la nata. Agrega el queso rallado, del cual debes dejar 2-3 cucharadas. para el espolvoreado. Agrega las especias, 3 cucharadas. de pan rallado y pesto. Todo se mezcla bien. La mezcla así preparada se vierte en el medio del molde con las rodajas. Colocar encima los círculos de tomate, ligeramente salados.
Mezcle el parmesano rallado, el queso restante, 3 cucharadas. del pan rallado y una pizca de orégano y una pizca de tomillo. Espolvorea sobre los tomates. Se espolvorea encima el resto de la mantequilla de vaca, cortada en trozos pequeños. Se reduce el horno a 180 grados y se pone a hornear el plato. Está listo en unos 50 minutos. Si es necesario (para no quemarse por encima), se puede cubrir con papel hacia el final de la cocción.

Adaptado de aquí.

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