He estado echando el ojo a varias recetas de pretzel desde hace un tiempo, pero siempre pensé que esta era demasiado complicada y las omití. Sin embargo, pronto mi hija compró algunos en una tienda y le gustaron mucho. Entonces decidí intentarlo también. La receta que decidí usar es la de aquí con cambios muy menores.

Productos:

1 1/2 cucharadita. agua tibia

1 cucharada azúcar

2 cucharaditas sal

2 1/4 cucharaditas. levadura seca

4 1/2 cucharaditas. harina

60 g de mantequilla derretida

aceite

10 a.m. agua
1/2 cucharadita soda

1 yema grande + 1 cucharada. agua

sal gruesa

Mezclar el agua con el azúcar y la sal en un bol grande y verter la levadura encima. Remueve y deja que burbujee suavemente durante cinco minutos. Vierta la mantequilla y la harina y bata la mezcla con una batidora utilizando batidores resistentes. Primero choca a baja velocidad, luego acelera. Revuelva hasta que la masa se despegue de los lados del tazón. Luego se saca la masa, se engrasa el bol y se devuelve la masa. Cubrir con film transparente y dejar reposar durante aproximadamente una hora o hasta que duplique su tamaño. Durante este tiempo, cubre las bandejas en las que hornearás los pretzels con papel de horno y engrasa con aceite. Pon a hervir las 10 tazas de agua junto con el bicarbonato de sodio. Precalienta el horno a 230*

Cuando la masa haya subido se divide en 8 partes iguales. Se forman mechas, de unos 35 cm de largo. Se enrollan en forma de pretzel. Déjelos caer en agua hirviendo durante unos 30 segundos, sáquelos y colóquelos en las bandejas para hornear preparadas. Se untan con la yema batida con agua y se espolvorean con sal. Hornee durante unos 12-15 minutos.

Dejar enfriar sobre una rejilla y… ¡Buen provecho!

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