Esponjosos, suaves, aromáticos y con una deliciosa base crujiente, resultaron estos maravillosos quesos.
Hoy decidí hacerle algo pastoso a Nicole y durante mucho tiempo me pregunté qué debería ser. ¿Es una receta que ya estoy usando? ¿O debería probar algo nuevo? Bueno, probablemente ya hayas respondido la pregunta tú mismo 🙂 tan pronto como haya una nueva receta en el blog. Estos quesos quedaron fantásticos y estoy muy contenta de haberlos preparado. Me gustaron tanto que decidí escribirlos de inmediato.
Aquí tenéis la receta de quesos esponjosos.
Productos:
200 ml de leche fresca tibia
200 ml de agua tibia
1 cubo de levadura fresca
150 ml de aceite
1 huevo entero
1 clara de huevo
4 cucharadas azúcar
1 cucharada sal
aproximadamente 1 kg de harina
unos 400 g de queso
1 yema de huevo para untar
semillas de sésamo para espolvorear
Mezclar la leche tibia, el agua tibia y el azúcar. Agrega la levadura y mezcla bien. Agrega 4 cucharadas. harina y mezclar nuevamente. Tapar y dejar reposar.
Vierta la mitad de la harina en un tazón grande. Agrega la sal, el aceite, el huevo y la clara. Vierta la levadura y mezcle todo muy bien. Agrega poco a poco el resto de la harina hasta que se mezcle una masa suave y agradable. Se divide en 20 partes, a partir de las cuales se forman bolas. Cubrir con un paño limpio o film transparente y dejar reposar.
El horno se enciende a 180 grados.
Utilicé dos bandejas en las que horneé los quesos, que unté con aceite. Claro, puedes forrarlos con papel pergamino, pero no obtendrás esa corteza crujiente.
El queso se desmorona.
Una vez que la masa haya subido, tomar una bola y enrollarla suavemente formando un círculo de unos 10-12 cm de diámetro. Poner el queso en el medio y doblarlo. Los extremos se presionan con los dedos. Se disponen en una bandeja y se dejan reposar.*
Se untan con una yema batida con un poco de agua y se espolvorean con semillas de sésamo. Luego se hornean hasta obtener un bronceado apetitoso.
