Se acerca un invierno tan maravilloso que a uno le apetece quedarse calentito en casa y contemplar el cuadro nevado del exterior, acurrucado con una taza de té o café… y por supuesto, algo delicioso para complementar la imagen romántica. Si huele a canela y vainilla, mejor aún. En casa huele a delicioso strudel de manzana, té de manzanilla y café. Para todos según el gusto y las ganas.
Y el sabor del strudel es maravilloso. La delicada masa mantecosa combina perfectamente con el sabor de manzana-canela y apetece coger otro trozo y otro y otro… Y que haga frío fuera y que haya mucha nieve…
Productos:
para la masa:
300 gramos de harina
125 g de mantequilla de vaca sólida
50 g de azúcar glass
2 huevos
4 cucharadas leche fresca
2/3 paquete de levadura en polvo
una pizca de sal
para el relleno:
1 kilo de manzanas
6 cucharadas azúcar o dependiendo del dulzor de las manzanas y tu gusto
1 cucharadita nueces molidas
5 cucharadas pan rallado
2 cucharaditas canela o al gusto
pasas opcionales
Para este strudel de manzana, y para otras recetas con manzana, suelo utilizar fruta que no tiene la mejor pinta, normalmente traída del pueblo. Las manzanas se limpian, pelan y cortan en rodajas muy finas.
Cortar la mantequilla en trozos pequeños y frotarla con la harina hasta que se desmorone. Agrega el resto de los productos y amasa la masa. Se divide en dos partes y cada una de ellas se enrolla hasta formar una corteza, del tamaño de una bandeja para hornear. Yo usé un molde de 30 x 30 cm.
Se forra la bandeja con papel de horno o se unta con un poco de grasa.
Coloque con cuidado una corteza de masa. Las manzanas se distribuyen encima. Al principio me parecieron muchos, pero no os preocupéis que perderán volumen después del horneado. Se espolvorean con azúcar, canela, nueces y finalmente pan rallado. Este es el lugar para agregar también las pasas, si has decidido agregarlas.
Se cubre todo con la segunda costra, cuidando que no quede aire. Los bordes se presionan bien con los dedos para unir las cortezas.
El strudel de manzana se pincha con un tenedor y se hornea en un horno precalentado a 170 grados hasta que esté rojo.
Dejar enfriar completamente y espolvorear con azúcar glass.
Fuente de la receta:natalina